¡Hola de nuevo, amiguitos!
Tras una larga inactividad relacionada con mi estancia en España (exámenes de enero incluidos), vuelvo a la carga con el que promete ser un nuevo cuatrimestre cargado de emociones kaunianas. Ha sido este un mes y algo de reencuentros, prácticas insulsas, fiestas, reuniones familiares, estudio, enclaustramiento, celebraciones y despedidas que me han traído al día de hoy. Tras los últimos hastaluegos (porque no son adioses definitivos, ni mucho menos) del día de ayer, he cogido el tren hasta Barcelona. Hoy nos ha tocado un documental del hielo y cómo este afecta al paisaje, una película de un alien y unos frikis titulada "Paul", que me ha hecho reír un rato, y Kung Fu Panda 2. Yo no sé que tienen las películas de animación en general, que a mis 24 añazos me siguen haciendo sonreír y quedarme embobado delante de la pantalla como un nene chico. Al término de la programación, me he dormido un ratejo y he despertado a unos 5 minutos de la parada del tren que, por otra parte, era la última, así que no había riesgo de pasármela como cierto amigo mío en su visita a Polonia que casi termina en Alemania...
A mi llegada al albergue, me ha atendido una recepcionista majísima, que se ha mostrado más simpática aún al notar mi acento del sur, y me ha contado que ella es granadina, que había hecho sangría y que me sirviese sin miedo, así que, una vez instalado me he comido mi último bocata de jamón en un buen tiempo, y aquí me tenéis, tecleando y bebiéndome un vasito de sangría, que está buenísima (la recepcionista también) todo sea dicho.
Mañana sale mi vuelo con destino Vilnius por la tarde, así que llegaré a Kaunas mañana por la noche si todo va como debe. Permaneced atentos, volveremos a conectar.
PD: La entrada de hoy está dedicada a todos los que me habéis pedido que siga contando mis aventuras y desventuras, en especial a alguien con quien compartí el otro día una noche "a pajera abierta". Va por tí, Morón, crack
No hay comentarios:
Publicar un comentario