Desvaríos de una mente calenturienta con mucho tiempo libre en un país desconocido
sábado, 5 de mayo de 2012
De vuelta en Murcia (otra vez)
Hola chavalería
Me vuelvo a encontrar en la tierra que me vio nacer, crecer y emigrar a Lituania. Mis desavenencias con la Universidad de Murcia continúan en este segundo cuatrimestre debido a que esa maravillosa asignatura con la que mantengo una estrecha relación de odio-aún más odio todavía se imparte de manera anual.
El caso es que cuando empezaba a hacer bueno en Kaunas, se movían festivales, eventos entretenidos para los Erasmus y toda esa serie de cosas, me tocó volverme.
Llegué a Murcia el jueves de madrugada tras haber gastado el día con los pocos de nuestro grupo que estábamos en Kaunas (el resto andaba de viaje por Polonia) y no pude hacer mucho más que irme directo a la cama, porque a la mañana siguiente tenía prácticas, tan útiles, entretenidas y didácticas como siempre .
Por la noche, me animé a reencontrarme con mis amigos de aquí, pero ya se sabe que conforme se va acabando la carrera, o se está en ello, comienzan los desperdigamientos y los desarraigos, pero bueno, nos sobrepondremos.
Mientras me dirigía a mi cita con sede en Pizzería Ralonni centro (¡muncho Murcia!) observé una escena impactante a la vez que hilarante: un chaval esperaba con su ciclomotor a que se abriera el semáforo, mientras un amigo suyo, también ataviado con casco de moto, llegó corriendo y le qutó las llaves del contacto, para huir rápidamente y montarse en otra moto junto con un tercer personaje, dejando al primero con dos palmos de narices y la moto parada mientras huían descojonándose, mientras yo hacía lo propio observándolos desde la acera al ritmo de Tom Petty and the Heartbreakers en mis auriculares.
La cena transcurrió satisfactoriamente en un ambiente de limoneros y cachondeo, poniéndonos al día mi gran amigo Francisco y yo mientras refrescábamos nuestros gaznates con Estrella de Levante y devorábamos unas ralonnitatas, una pizza Capitán Sensible y como colofón, la deliciosa tarta Superperrete de bizcocho rojo que te pone el muñeco tres veces más grande de lo normal. Después, decidimos echar una copa por ahí, y por el camino fui encontrándome con más amigos y conocidos, y es que Murcia, amigos míos, es muy muy pequeña, nos conocemos todos al fin y al cabo. Cuando volvía a casa, pude observar ciertas novedades en el barrio, como nuevos comercios, algunos de toda la vida cerrados y ese tipo de cosas.
Pero sin duda, lo más llamativo de la salida, es que ayer el centro estaba vacío, hacía una temperatura de cine y las murcianas podían salir a lucir palmito, pero no era así. Estaban todas en el dichoso SOS4.8, el evento borreguil anual que se celebra en la ciudad del Segura (al cual no descarto asistir algún año si me merece la pena el cartel) Se veían grupos de personas totalmente homogéneos, y es que estos modernikis parecen cortados todos con la misma maldita tijera: pantalones de pitillo ajustados en sus cuerpos de sifilíticos, gorricos de noche para parecer más guays, una cantidad aberrante de Ray-Ban wayfarer (o sucedáneos) por metro cuadrado. También merecen una mención aparte las chicas con gafas del 1,2,3 que probablemente ni necesitan, lo cual las hace parecer auténticas retrasadas además de quedarles como a un Santo Cristo un par de pistolas. Me gustará ver qué demonios hacen con esa horterada de anteojos cuando se pase la estúpida moda que azota este país de catetos y gente sin personalidad. Y yo no es que me meta con las tribus urbanas, o con cómo viste la gente, la música que escucha y lo que hacen o dejan de hacer, pero me parece una supina estupidez hacer algo sólo porque es la moda, amigos. Y es que yo, ayer habría sido el hombre más feliz del mundo si hubiera dispuesto de un lanzallamas.
Y ahora, la nota polémica del día: me pareció increíble la cantidad de homosexuales que ví por la calle, no sé si es la falta de costumbre, ya que en Lituania el club del pepino cuenta con un limitadísimo número de adeptos, o al menos no se dejan ver tanto como aquí. Que estamos con lo de siempre, me parece cojonudo que cada uno tenga su orientación sexual, pero yo no voy gritando a los cuatro vientos cuánto me gustan las chicas, así que por favor, ahorradnos el dantesco espectáculo de ir actuando como locazas gratuitamente.
Y hasta aquí llega la soflama de hoy, amigos míos. Seguimos en contacto
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Chapeau! Me alegra que estés de vuelta
ResponderEliminar